Es indudable que una de las necesidades básicas del ser
humano es descansar a través del sueño de forma ideal, puesto que el cuerpo en
su forma física y mental requiere reponer las energías necesarias para
continuar con el ritmo normal de vida. Tomando en cuenta que nuestro consciente
descansa pero los órganos vitales continúan trabajando como una maquina
incansable, es a través del sueño que mucho de los procesos naturales del
cuerpo mantienen ese equilibrio para mantener al corazón y a los órganos
vitales en perfecto funcionamiento.
Por lo antes mencionado es muy
interesante ahondar un poco más en este misterio que nos da la vida, exponiendo
casos particulares donde se reflejan algunas anomalías que se pueden presentar,
que si bien algunas no son graves, si repercuten de cierta manera en la
cotidianidad del individuo, se puede mencionar que con anterioridad se relacionaba
la falta de sueño con la edad luego de algunos estudios (Coleman y Col., Sauri
y Olmstead, 1980) se percataron de otros casos cuyos problemas se remontaban a
los 10 años de edad.
En este sentido los resultados
obtenidos abrieron la posibilidad de reducir muchas dificultades que en
ocasiones se presentan, la cual puede nombrarse como disfunción social y
escolar es decir el mencionado trastorno tiene consecuencias que puede
prolongarse e influir en muchos aspectos de la vida en sociedad, una característica
especial del sueño es la variabilidad que existe entre una edad y otra, se
diferencia la cantidad de horas que duerme un niño recién nacido que oscila
entre 16 y 20 horas continuando su variación a los 3 meses pues se reduce a
14-15 horas aproximadamente, otro aspecto puntual es que conforme se desarrolla
aumenta la vigilia en el día y sueño en la noche.
En este marco de ideas es
importante señalar la diferencia notable en las fases del mismo entre los
adultos y el niño puesto que en los bebes el sueño relajado suele oscilar en un
50% mientras que en los adultos se reduce a un 20%, es decir que el ciclo
normal del desarrollo humano va arrojando características puntuales
relacionadas con la madurez del ser y de cierto modo el tipo de sueño, dividiéndolo
entre sueño relajado y profundo cuya relación varía según lo mencionado con
anterioridad esto es lo que se llamaría factor biológico.
Por otro lado, se encuentran los
aspectos externos de la calidad del sueño, los mismos tienen que ver con el
desenvolvimiento de la persona en sociedad su alimento, las actividades físicas
y mentales entre otras. Solo por mencionar un ejemplo muchas veces se vincula
la ingestión de un vaso de leche con el descanso nocturno pues existe un
aminoácido en las proteínas de origen animal que producen un efecto inductor
del sueño. Cabe mencionar el efecto contrario que origina la ingesta de bebidas
como el café, Coca-Cola, te,etc.
Por lo arriba expuesto, se deduce
entre esos factores externos la fatiga física dado que, requiere mayor cantidad
de sueño profundo y la fatiga mental suele precisar una mayor cantidad de sueño
relajado es decir, el cansancio influye en el sueño sin embargo otro punto
resaltante serían las condiciones de la habitación, el ruido, la luz, la
temperatura solo por mencionar algunas.
Es bien sabido que un adecuado
descanso proporciona una mejor disposición en el desarrollo de las tareas
diarias pues es indispensable para pensar y actuar. Tener horas completas de
sueño es sin lugar a dudas una satisfacción de las necesidades humanas, si
tomamos en cuenta la pirámide de Maslow dormir se encuentra ubicada en la base
de la pirámide sin embargo el exceso sueño también posee sus
características y no forman parte de un patrón normal dentro de la
psicología evolutiva del individuo.
Es por ello que la psicología como
ciencia encargada de estudiar los aspectos relacionados con la psiquis del
individuo ha tomado en cuenta todo lo vinculado a este tema tan importante por
su gran amplitud, realizando su aporte para mejorar la calidad de
vida pues lo ideal es estar a la vanguardia en cuanto a la visualización del
ser humano en forma holística y en aras de un estudio continuo, en el tiempo
con la intención de evolucionar hacia un estado ideal de salud física y mental.
Para tener un mayor conocimiento del tema se ha hecho una clasificación del sueño en forma muy puntual dividiéndola en Disomnias caracterizadas por trastornos de la cantidad calidad y horario del sueño y la Parasomnias que se caracterizan por conductas anormales asociadas al sueño y en casos a los momentos de transición sueño vigilia.
Las disomnias pueden definirse como trastornos primarios del inicio o mantenimiento del sueño o de excesiva somnolencia. Se caracterizan por alterar significativamente la cantidad, calidad u horario del sueño. A continuación se exponen algunas de las más habituales.
Insomnio |
- dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres)
- despertarse frecuente durante la noche (insomnio intermedio)
- despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal)
Insomnio: Aunque el insomnio únicamente suele concebirse como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:
Hipersomnia |
Hipersomnia: Se trata de un trastorno del sueño que consiste en una excesiva cantidad de
sueño con incremento de la somnolencia diurna. El sueño puede prolongarse más
de ocho horas llegando hasta 12 con dificultad para levantarse.
Narcolepsia: La
Narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por la presencia de cuatro
síntomas:
- Somnolencia diurnal: Se acompaña de ataques repentinos de sueño. Estos episodios pueden durar en torno a 15 o 20 minutos, aunque pueden llegar hasta una hora.
- Cataplexia: Se trata de una pérdida de tono muscular, ocurre en el 70% de los individuos con narcolepsia y puede manifestarse con síntomas como pesadez de los parpados o de los brazos. En algunos casos la pérdida de tono muscular es total y se produce el desplome del cuerpo. El fenómeno suele durar poco tiempo y el sujeto se mantiene consciente. La cataplexia suele producirse por estímulos emocionales potentes.
- Alucinaciones: Entre el 20 y 40% de los individuos con narcolepsia sufren también alucinaciones en forma de imágenes intensas de ensoñación antes de dormirse o también justo al despertarse, pudiendo ser también auditivas o cinestésicas.
- Parálisis del sueño: Lo pueden padecer entre el 30 y el 50% de los individuos con el trastorno. La parálisis del sueño consiste en un periodo de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño o al despertarse ya sea durante la noche o la mañana.
Se han descrito tres tipos diferenciados:
- Obstructiva: Ausencia de la señal respiratoria en presencia de esfuerzo respiratorio. (movimientos toracoabdominales).
- Central: Ausencia de señal respiratoria y ausencia de esfuerzo respiratorio (no se detectan movimientos toracoabdominales).
- Mixta: Apnea que habitualmente comienza como central y termina con un componente obstructivo.
Trastornos del ciclo circadiano
Aquí se incluyen
los trastornos del sueño debidos a una mala sincronización entre el horario de
sueño deseado (el establecido conforme a la normativa social) y el real. Se
trata de un desajuste por el que la persona no puede dormir cuando lo desea. El
resultado es que se producen episodios de sueño en horas inadecuadas y
somnolencia durante los momentos de actividad diurna. Una causa bien conocida
de las alteraciones del ciclo circadiano es el conocido Jet Lag o cambio de
horario que sufren las personas cuando efectúan un viaje a un país con distinto
horario al de origen.
Se denominan
parasomnias a aquellos trastornos del sueño caracterizados por acontecimientos
o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los
momentos de transición sueño-vigilia.
Por regla general, no son excesivamente graves en la infancia.
Las parasomnias más
habituales son:
Pesadillas |
Terror nocturno |
Terrores nocturnos: es un trastorno de sueño, se caracteriza por producir un terror extremo y un estado de inhabilidad para recuperar la consciencia completamente, la persona no tiene control de sus movimientos. Se produce sobre todo en niños pequeños durante las primeras horas de sueño
Sonambulismo |
El Sonambulismo: La característica esencial del sonambulismo
es la existencia de episodios en los
que el niño se incorpora de forma brusca de la cama e incluso puede levantarse
y comenzar a deambular. Los ojos se mantienen abiertos y la mirada fija. El
niño puede pronunciar una o algunas palabras normalmente sin coherencia.
También puede llevar a cabo conductas más complejas como andar por la
habitación o estancia, abrir o cerrar puertas , ventanas y otras, menos
frecuentes, como lavarse o comer. Todo ello sucede con total indiferencia hacia
las personas u objetos que puedan estar en su entorno inmediato. Estos
episodios suelen durar unos minutos y tienen lugar en el primer tercio de la
noche (sueño de ondas lentas) y a menos que se le despierte mientras sucede, no
recordará nada al día
siguiente.
Bruxismo |
Bruxismo:
Se trata del
“chirriar de dientes” que se produce por la contracción excesiva de los
maxilares produciendo un ruido característico y, a veces, molesto aunque
raramente despierta al niño. En los casos más severos puede producir el
desgaste en dientes y encías. A pesar de que puede aparecer a cualquier edad es
fenómeno particularmente frecuente en la infancia. Se cree que entre el 3 y el
12% de los niños de edades comprendidas entre los 3 y 7 años podrían sufrirlo.
Somniloquia |
Somniloquia: Es
un fenómeno inocuo, que suele llamar mucho la atención de los padres y que, en
ocasiones, produce preocupación. Consiste en episodios de hablar durante el
sueño. Se trata normalmente de la emisión de palabras ininteligibles o conjunto
de ellas formando frases cortas. Pueden acompañarse de risas, gritos o llantos.
No suelen despertar al niño pero pueden resultar molesto para otros. Estas
manifestaciones son muy frecuentes en la población infantil. Alrededor del 50%
de la población de niños de 3 a 10 años presenta somniloquios al menos una vez
al año.
Jactatio capitis nocturne |
Jactatio capitis nocturne: Este trastorno consiste en efectuar golpes rítmicos de la cabeza contra la almohada o movimientos de balanceo de todo el cuerpo al intentar conciliar el sueño. Pueden también aparecer sonidos guturales. Estos episodios generalmente se consideran inofensivos y no dejan secuelas. No obstante hay que tener la suficiente precaución para que en la cama del niño no haya superficies duras sobre las que el niño pueda golpearse. Suele comenzar a los 9 meses y no suele persiste más allá de los 4 años. Suele remitir progresiva y espontáneamente.
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