¡No quiero crecer!

Todos alguna vez hemos querido volver a nuestra infancia, donde todo era mas fácil, donde todo era hecho por nosotros, cuando nuestra única preocupación era jugar, hacer amigos y divertirse... Muchas veces cuesta creer que todo eso a ha acabado y que ahora los momentos de jugar han sido cambiado por momentos de trabajo, que muchas responsabilidades son asignadas para ser cumplidas y lastimosamente irán aumentando hasta que nos llegue la muerte... Sin embargo, existe un grupo de personas las cuales no aceptan esto, causando que a pesar de su edad física su mentalidad sigue siendo la de un niño, esto lo sufren las personas que padecen el síndrome de Peter Pan.

 El sindrome de peter pan se define como la incapacidad que tiene una persona adulta de aceptar las obligaciones propias de su edad, siendo incapaces de adoptar sus respectivos roles, como padre, pareja, entre otros. Las personas que lo padecen sienten una enorme sensación de dependencia hacia otra persona, ya que se comportan como niños, a pesar de que su edad sea avanzada ellos evitaran las responsabilidades que conlleva ser mayor, actuando de forma infantil teniendo pensamientos inmaduros, lo cual hace difícil sus relaciones personales, disminuyendo su desarrollo social haciendo que caigan en la soledad. Suele darse mayormente en varones, los trastornados creen que necesitan ser protegidos, siendo incapaces de proteger a alguien mas. Aunque Peter Pan viviese en un mundo de fantasía, las personas que padecen de su síndrome no lo hacen, estas en cambio se ven absorbidas por síntomas de ansiedad y profunda tristeza, lo cual puede ser interpretado en forma de depresión si no es tratada a tiempo.

 El primer paso de la terapia para superar este síndrome es empezar poco a poco a asumir responsabilidades, aceptando que es algo básico de la vida adoptar nuevos deberes mientras mas avanza nuestra edad, estos siempre iran en acenso y hay que aceptarlos y aprender a vivir con ellos. Con la terapia se quiere lograr que el pensamiento del paciente cambie, que adopte su rol como adulto y que deje aquel miedo que le impide continuar con su vida con normalidad y evita que pueda tener relaciones serias de cualquier tipo. Se le enseñara a manejar situaciones difíciles por el mismo sin depender de los demás, que a pesar de que las cosas no siempre salen como se desea la vida sigue. Por suerte este síndrome tiene cura y si el paciente pone de su parte al tiempo podrá recuperarse.