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domingo, 13 de abril de 2014

Fuego en mi alma.




En muchas culturas el fuego significa “Purificación” o “Un nuevo comienzo” Que nace desde las cenizas como el mítico ave fénix, un nuevo renacer, sin embargo, también significa “destrucción” que arrasa con todo a su paso. Siendo uno de los principales descubrimientos del hombre, también es uno de sus principales miedos, porque a pesar de lo hermosa que puede ser una llama, de lo seductor que pueda ser su calor, el fuego quema, calcina la piel de una persona si lo toca. El fuego está en todos lados, en una vela, en un relámpago resplandeciente, en un cigarrillo cualquiera, que se consume en la boca de un adicto… El fuego podría provocar la pérdida de miles de vidas, pero también podría abrir paso para que nueva vida nazca, exista miles de formas de utilizar el fuego, para el bien, para el mal… O de formas mucho más retorcidas. Existen personas en este mundo, que ven al fuego de una forma más profunda, mucho más de las que acabo de mencionar anteriormente, humanos que sienten una admiración tal por este elemento, que es el causante ardiente de su placer, el solo verlo les causa satisfacción,  a estas personas se les llama Pirómanos.

La piromanía es un trastorno que produce un interés insano hacia el fuego, haciendo que se forme un deseo incontrolable por producirlo y observarlo fijamente. Los pirómanos o piromaníacos suelen sentir alivio, curiosidad e incluso goce por todo lo relacionado con el fuego y aunque el principal síntoma de este mal es producir/observar/ incendios deliberadamente para poder sentirse realizados, no deben confundirse con los “incendiarios” que son personas que deciden incendiar algo para obtener algún beneficio o por el simple placer morboso de causar daño.

Entre otros síntomas para identificar a los trastornados, es el profundo sentimiento de triste y soledad, que los lleva a una depresión que hace que tengan deseos de iniciar incendios, ya que lo ven como una puerta que dejara que salgan de sus problemas. Esta manía clasifica dentro de los “Trastornos de control de impulsos” (al igual que la cleptomanía, entre otros) ya que es un impulso realmente difícil de controlar, aunque claro, para lograr que a una individuo la incluyan en este grupo de personas, debe haber provocado varios incendios en ocasiones distintas, sin razones aparentes para ello.


En algunos casos en los que se da a conocer que la causa de un incendio fue provocados, se les suele atribuir la culpa las personas que encajen en el patrón psicológico de los piromaniacos. Según algunos estudios, se releva que este trastorno es más frecuente en los hombres, entre lo más común (generalizando), suele ser más común en menores de 18 años y se da especialmente en personas que poseen pocas habilidades sociales y déficit de atención. Para finalizar, cuando hablamos de una “Cura” se podría decir que no existe, no basta tomarse una pastilla para acabar con esta manía inmediatamente y aunque  existen pocas alternativas ya que es una enfermedad poco frecuente y claro está, que las personas que lo padecen pocas veces piden ayuda por el miedo a las posibles consecuencias legales, se dice que si se aplica una terapia y algunos medicamentos empleados en otros trastornos (Como la terapia de identificación y discriminación de los impulsos) Existe la posibilidad de rehabilitar a un pirómano.

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